Su vida consiste en teclear, escribir código, darle al ratón, invertir dinero... Son jóvenes de clase media-alta mayormente blancos que sobreviven bastante bien. Pero les falta algo esencial que todo hombre: las hostias. La violencia primigenia, la carne contra la carne, la naturaleza básica del hombre, la hombría en sí. Trabajan cosas abstractas que sólo existen en discos duros, pero una vez al mes quedan en un garaje para experimentar algo que pueden decir con certeza que es real: el dolor, la sangre. Escupen sangre y se dislocan articulaciones, pero acaban volviendo.
Una prueba de que los clubes de la lucha, algo que empezó como un concepto en una novela de Chuck Palahniuk y se difundió masivamente como película, ya existen en el mundo real.
Una prueba de que los clubes de la lucha, algo que empezó como un concepto en una novela de Chuck Palahniuk y se difundió masivamente como película, ya existen en el mundo real.
Vía ALT1040.
Si ya, pero estos pavos se han cargado las reglas 1 & 2 con el reportaje...
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