- No importa cuántas de esas pastillas tomes - le dijeron los espectros, mientras le señalaban con un dedo acusador. Aun llevaba cada uno el mismo traje espacial que la última vez que les vio flotando allá fuera, cuando la compuerta se cerró por error y sin remedio.
- No importa cuánto corras por los oscuros pasillos de la estación -le decían-. No podrás alejarnos. No podrás escapar del hecho de que tú nos mataste. Nos abandonaste en el frio vacío cósmico. No nos importa que fuera un descuido o que lo hicieras sin intención. TÚ ERES EL CULPABLE DE NUESTRA MUERTE, PAC, Y HEMOS VENIDO A COBRÁRNOSLO CON TU CORDURA.
- No importa cuánto corras por los oscuros pasillos de la estación -le decían-. No podrás alejarnos. No podrás escapar del hecho de que tú nos mataste. Nos abandonaste en el frio vacío cósmico. No nos importa que fuera un descuido o que lo hicieras sin intención. TÚ ERES EL CULPABLE DE NUESTRA MUERTE, PAC, Y HEMOS VENIDO A COBRÁRNOSLO CON TU CORDURA.
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